Cereales: Por su alto contenido en almidón, proporcionan a la dieta energía en
forma de hidratos de carbono, contienen pocas proteínas y aportan también minerales y vitaminas, en
particular tiamina y ácidos grasos esenciales.
Frutas y verduras: El aporte de frutas tiene su fundamento en la administración de
vitaminas y fibras vegetales. Los zumos envasados no son recomendables. Es mejor un zumo natural
recién exprimido. No se deben administrar con el biberón. Aportan minerales, vitaminas y fibra. Deben
ser variados para evitar carencias nutritivas. Se recomienda una ración cruda y otra cocida para
mejorar el aporte de vitaminas.
Proteínas: Las carnes se recomiendan con poca grasa (aves, conejo) y evitar la
utilización de vísceras. El pescado, sus grasas son más saludables; contienen minerales, cloro, sodio,
potasio y sobre todo fósforo. El huevo contiene todos los aminoácidos esenciales, es un excelente
alimento proteico.
Leche: Se recomienda un aporte de 500-600 ml diarios de leche o cantidad
equivalente de sus derivados (yogurt, queso magro). recomienda utilizar leches de continuación o las
denominadas leches de crecimiento hasta los 2-3 años, siempre que la situación económica familiar lo
permita.
Grasas: Se recomienda el uso de aceite de oliva tipo virgen para aliños y oliva
normal para guisos y fritos. En su defecto utilizar aceite de maíz o girasol.
Agua: Las necesidades de agua en este periodo de vida es de 1,3 litros al día o, lo
que es lo mismo, 1 ml por cada caloría ingerida. Esta recomendación aumenta en presencia de fiebre,
diarreas, vómitos, temperaturas elevadas y clima seco.